miércoles, 14 de septiembre de 2016

Acéptate como un humano falible



 Deja de verte y exigirte como si fueses un superhombre y permítete reconocer y aceptar tus limitaciones, para que puedas aprender a superarlas y a convertirlas en parte de tu proceso de crecimiento y desarrollo.

Reconoce y resalta las características positivas de los demás. Evita juzgar a otros por sus logros o por el reconocimiento que reciben de las demás personas y, más bien, fíjate en sus valores, cualidades y capacidades. Comienza a respetar las diferencias.

Evita considerar el fracaso como algo totalmente negativo. Recuerda que los errores y los fracasos se convierten en maestros de vida cuando los aceptamos. Disponte a aprender, a corregir y a hacer los cambios necesarios para conseguir lo que deseas. No permitas que el desánimo y la frustración se apoderen de ti.

Transforma esa actitud dictatorial. Ajusta tu nivel de exigencia, suaviza la rigidez y gana paciencia y flexibilidad. Especialmente al momento de trabajar en equipo o de relacionarte con los demás. Inspira a otros a superarse, a mejorar, pero no a buscar la perfección.

Recuerda que cada quien tiene su punto de vista. No caigas en el error de esperar a que otros hagan las cosas de la misma manera que tú o que tomen las decisiones que tú tomarías... Respira profundo y acepta a cada quien como es, buscando solo el resultado positivo de ese trabajo en familia o en equipo.

Ten presente que no eres imprescindible. Vence el hábito de querer hacerlo todo tú, de trabajar hasta agotarte, como si quisieras demostrarles a los demás tu capacidad y tu valor personal. Trabaja con conciencia de tu energía, recordando incorporar pausas para recuperarte y relajarte antes de continuar. No te sientas víctima de otros si no se muestran dispuestos a seguirte el ritmo.

Los demás no pueden adivinarte. Ellos no pueden saber lo que quieres o como lo quieres si no lo explicas de forma directa y clara. La comunicación es indispensable para funcionar en equipo y si agregas comprensión te resultará mejor.

Evita corregir a los demás todo el tiempo. Todos rechazamos el comentario crítico que nos hace una persona cuando este se vuelve frecuente... En lugar de molestarte porque no lo hacen a tu manera, espera por el resultado. Dale a otros el mismo espacio que te das a ti mismo para ser y para expresarte.

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